AUTORRETRATO DE LA PUNTA DE BOMBÓN

Lino Benavente Lazo (1)

Mi nombre de “PUNTA” viene de la conformación de mi litoral, porque en efecto, soy una punta geográfica.
Mi apellido “de BOMBON” viene de mis antepasados, los PUMPUS, qué procedentes de la meseta de BOMBON, fueron traídos como “mitimaes” o colonizadores incaicos para establecerlos aquí. De ahí mi nombre y apellido actual: PUNTA DE BOMBON.
Soy un Distrito costeño de la Provincia de ISLAY, que fui creado por ley el 16 de diciembre de 1864. Mi extensión es de unos 600 kilómetros cuadrados. Mi población sobrepasa los 6,000 habitantes. Mi capital es el pueblo de LA PUNTA, fundado oficialmente el 5 de diciembre de 1892, por un Bando del Gobernador del Valle, don José Vargas.
Como mi existencia es reciente, tengo que confesar que mis raíces sociales proceden de tiempos inmemoriales.
En la época PREINCAICA mis antepasados fueron los nazcas, que en su rebasamiento colonizador llegaron hasta el valle de Tambo. También he recibido aportes de la cultura Kollawa o Puquina. En ese entonces mis antepasados se dedicaron a la pesca, a la agricultura y a la caza.
En la época INCAICA, durante la dominación de Mayta Cápac, uno de sus generales enviado al valle de Tambo para buscar víveres, se quedó prendado de las excelencias del paisaje y de la feracidad de su suelo, y fundó, con la anuencia del Inca dominador, un TAMBO en el río TAMB-PUPALLA o IRACUARTAMPU, que así se llamaba entonces el río que riega mi suelo. Con ocasión de esa visita de inspección, ese general fundó los poblados de COCACHACRA (campo de coca), CATAS (pequeña subida), PACOCHA, CHULLI, CHALASCAPAC, etc. fue en esa época que los Incas trajeron como mitimaes a los PUMPUS o PUMPUM, oriundos de la meseta de Bombón, Junín que se establecieron en mi suelo.
En la época del COLONIAJE, mi distrito perteneció al Corregimiento de Vítor y en lo espiritual al Curato de Chuli. Cuando este puerto fue destruido con un aluvión del río Tambo, en 1599, debido a la erupción del volcán Huaynaputina, se trasladó a Aranta y sus pobladores emigraron a otros lugares. Las imágenes de su templo fueron repartidas en los templos vecinos, yendo a parar al de San Francisco de Arequipa el “Señor de Chuli”. El chapetón don Alonso de Cáceres, fue el primer conquistador que pidió tierras en Tambo para cultivarlas. La erección canónica de la Parroquia del Valle, con sede en Cocachacra, fue hecha el 12 de noviembre de 1740. El 11 de julio de 1796 fui alegrada con el feliz nacimiento de Juan Gualberto Valdivia Cornejo, en mi caleta de Cocotea, situada al sur de mi distrito. Este fue bautizado el 12 en la Parroquia de Cocachacra. La trayectoria vital de este hijo mío es de todos conocida, pues fue de todo: sacerdote, abogado, historiador, químico, matemático, educador y escritor. También llegó a ser parlamentario y Vicepresidente de la Cámara de Diputados. Fue Director del Colegio Nacional de la Independencia Americana y dos veces Rector de la Universidad del Gran Padre San Agustín de Arequipa. Fundó la célebre Academia Lauretana, precursora del hoy Colegio de Abogados.
Este sabio fraile mercedario falleció a los 88 años de edad, el 12 de diciembre de 1884 y a su muerte todo Arequipa lloró su viaje sin retorno.

En la época REPUBLICANA, el 16 de diciembre de 1864 se creó la Provincia de ISLAY, con sus distritos: Punta de Bombón y Cocachacra. Hasta el terremoto con maremoto del 13 de agosto de 1868, el pueblo más floreciente de mi distrito fue CATAS, convertido en sitio de veraniego y de solaz por las familias arequipeñas de aquellos tiempos. A raíz de la destrucción de Catas por la salida del mar, esa importancia fue cedida al pueblo capital: LA PUNTA. Durante la guerra con Chile, mis hijos formaron el batallón “LA PUNTA”, al mando del Comandante punteño Juan Torres Ampuero, que tuvo destacada actuación como tropa de avanzada en los campos de Chuli, en cuya acción, el 9 de marzo de 1880, murieron heroicamente Ramón Cáceres, punteño, y José Eguiluz, bomboneño.
El acontecimiento más profundo en el aspecto espiritual fue la traída de mi venerada imagen del “SEÑOR DE LOS DESAMPARADOS”, el 1º de enero de 1845. Un arriero moqueguano, don José Manuel Morón, la trajo desde el Cuzco, a lomo de mula, convenientemente encajonada. Al hacer un alto de descanso en las pampas de Tambo, dicho arriero bajó al pueblo de Cocachacra, para ofrecer a los moradores su devota carga. Los cocachacrinos, agradecidos por el obsequio que desde tan lejos les había traído el arriero, dieron curso a un agasajo. Mientras éste discurría, un punteño que se notició del asunto, a galope tendido fue a avisar a sus paisanos este hecho. Y, ni cortos ni perezosos, mis hijos organizaron una partida de caballería y se trajeron a lomo de bestia el sagrado cajón. Cuando los cocachacrinos se entrenaron del piadoso hurto, vinieron en seguimiento de los osados, pero cuando intentaban vadear el río, una avenida de éste les obligó a volver grupas. De esta forma el Señor Crucificado vino a presidir el templo de mi parroquia, entronizándose como Patrón. Y cada año se le organiza solemnes festejos, que son un piadoso peregrinaje de creyentes devotos.
Entre mis hijos próceres que he tenido debo mencionar, asimismo, a fray Víctor Manuel Torres Cáceres, sacerdote mercedario que fue Visitador General de la Orden y Director del Colegio Nacional de Huacho. Al Comandante Juan Francisco Chávez Valdivia, sobrino nieto del ilustre Deán Valdivia, quien fue profesor primario en su juventud y luego pasó a las filas de nuestro Ejército, a raíz de su destacada actuación como montonero en la toma de Arequipa, bajo las órdenes del Coronel Eduardo Yéssup, en la revolución que Nicolás de Piérola hizo al General Andrés A. Cáceres en 1895. También son hijos predilectos míos, Ramón Cáceres, punteño, como dije, y José Eguiluz, bomboneño, quienes a las órdenes del Comandante Juan Torres Ampuero, ofrendaron valerosamente sus vidas en su intento de detener a las fuerzas invasoras chilenas, el 9 de marzo de 1880, en Chuli.
Mi distrito cuenta con 11 Escuelas Primarias, en las cuales se da educación a más de 1500 niños. Tengo un Colegio Nacional Mixto. En la Escuela Nº 9638, el autor del Silabario COQUITO, profesor Everardo Zapata Santillana, experimentó su método y su aplicación, cuando era Director de ella.
La vida económica de mis pobladores está basada en el laboreo de mis 5000 topos de cultivos. Pero éstos podrían ampliarse, de mediar trabajos de canalización del río, en otros 1,000 topos de excelentes tierras labrantías. No olviden que soy abastecedor de los mercados de la región sur-peruana y mi capacidad proveedora puede multiplicarse, para bien de mis esforzados hijos de la tierra y para la alimentación de mollendinos, arequipeños, puneños y cuzqueños.
Mi futuro depende de la canalización de mi río, ya que el tendido del puente sería su complemento. Una vez conectado mi distrito por medio de este puente a los demás pueblos surperuanos, servirá de inmejorable balneario y lugar de solaz a miles de veraneantes, pues mis playas marinas son extensas y arenosas. Y con este puente terminaría la odisea que sufren quienes me visitan y quienes tienen que viajar en los cuatro meses que duran las avenidas de mi río.
Este colapso que sufro en estos meses frena mi desarrollo socio-económico y creo que ya las esferas estatales deben brindarme la ayuda que necesito, como parte integrante que soy, de esta patria grande y esperanzada que es el PERÚ.
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(1) Se publicó en el Nº 1 de la revista La Punta el 1 de enero de 1970

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