Lentejeros frentistas y otras perlas
Por: El Piquero Observador
Queridos lectores. Este último dato proviene de las mismas casas de los lentejeros frentistas, sí, de Jesús Conejo, Jaimito sin Cruz y de 4 haches que andan más perdidos que cuy en tómbola. Desde que Juanita Rosa los sacó al fresco y les dijo que no tiene miedo a decir públicamente que Islay requiere inversión, venga de donde venga, Les cuento que han arrugado tanto el asterisco que hace casi una semana que no visitan el baño. Juanita, tú puedes ser la Santa Rosita de Islay. ¡Mantente así, con los Ovarios bien puestos! Juanita ahora te paso un dato para tu campaña. Sal públicamente a decir que defenderás a las mujeres, que no vas a permitir que ningún sinvergüenza les ponga un dedo encima, menos permitirás que haya violadores y abusadores porque están en un cargo público. Como te quedó el Ojo Ramillete de Espinas de Dean Valdivia. Ahora quieres que el Yesus Conejo entre para que tape todas tus cochinadas. No, la mujer de trabajo, la que trabaja en su casa y en el campo, la trabaja en su bodega o en la escuela, las empleadas del municipio están seguras que las defenderás, así como también apoyarás la generación de empleo mediante la inversión en el desierto. Ahora, cómo les quedaron los cojones a los sinvergüenzas, ni de corbatita Michi. Ya nadie les cree a los lentejeros agrupados en el frente de ladrones y violadores.Queridos oyentes, escuchen bien, porque este último dato proviene de las mismas casas de los lentejeros frentistas, sí, de Yesuss Conejo, Jaimito sin Cruz y de 4 haches que andan más perdidos que cuy en tómbola. Desde que Juanita Rosa los sacó al fresco y les dijo que no tiene miedo a decir públicamente que Islay requiere inversión, venga de donde venga, Les cuento que han arrugado tanto el asterisco que hace casi una semana que no visitan el baño. Juanita, tú puedes ser la Santa Rosita de Islay. ¡Mantente así, con los Ovarios bien puestos! Juanita ahora te paso un dato para tu campaña. Sal públicamente a decir que defenderás a las mujeres, que no vas a permitir que ningún sinvergüenza les ponga un dedo encima, menos permitirás que haya violadores y abusadores porque están en un cargo público. Como te quedó el Ojo Ramillete de Espinas de Dean Valdivia. Ahora quieres que el Yesus Conejo entre para que tape todas tus cochinadas. No, la mujer de trabajo, la que trabaja en su casa y en el campo, la trabaja en su bodega o en la escuela, las empleadas del municipio están seguras que las defenderás, así como también apoyarás la generación de empleo mediante la inversión en el desierto. Ahora, cómo les quedaron los cojones a los sinvergüenzas, ni de corbatita Michi. Ya nadie les cree a los lentejeros agrupados en el frente de ladrones y violadores.
II. Orejas paradas, oídos atentos y ojos avizores. Vecino del valle de Tambo, tú sabes que los lentejeros no trabajan, que siempre han vivido de los dineros de las juntas, que compran y compran propiedades y ¿de dónde sale la plata? Pues de nuestros bolsillos, de lo que nos roban. Por eso yo no confiamos en ellos. Si no que nos digan de dónde sale el dinero para imprimir las banderitas, de dónde sale el dinero para los perifoneos, quién paga la gasolina. No será que sale de los municipios, es decir de mi plata y de tu plata amable. De esas obras que prometen y nunca hacen. ¿Acaso no es por allí que sale la plata? Ya basta de engaños de mentiras de medias verdades. Dicen que nos paga la mina, pero eso es falso. Aunque no nos caería nada mal, per mejor que no se metan, esta es una pelea entre los mentirosos y los que decimos la verdad, entre los ladrones y quienes queremos el progreso de nuestros hijos, del valle de nuestros padres. Esta lucha la resolvemos nosotros y después que supervisen hasta el último centavo cómo es que se manejan los dineros del municipio, pero que estos sinvergüenzas vuelvan a engañarnos. ¡Basta ya señores!, Basta ya de tanta mentira de tanta farsa!, Basta ya de tanto ocioso que lo único que busca es enriquecerse con nuestro dinero, fruto de un trabajo limpio y honesto. Así que violadores, abusadores y ladrones les llegó su hora. Rojitos sinvergüenzas que se llenan la boca hablando de cuidar el valle, de apoyar a los pobres y lo único que hacen es engañarnos. Viva el trabajo limpio y honesto. Que los mineros se vayan al desierto y que los agricultores y ganaderos crezcamos en el Valle de Tambo.
III. Señoras y señores, jóvenes y jovencitas del valle de Tambo, de la provincia Islay. Ustedes que votarán por primera vez en las próximas elecciones municipales y regional no se dejen sorprender, muchas frustraciones han enfrentado sus mayores, muchas veces hemos sido engañados por políticos que ofrecen todo y luego nos dan las espaldas. Acá, lo único cierto es que sin trabajo no se logra nada. Sin trabajo no se hace obra y sin trabajo no hay progreso para el valle, para la población. Tampoco hay futuro para los jóvenes porque no pueden estudiar si sus padres no tienen recursos. Pregúntense por qué sus hermanos mayores tienen que irse del valle, por qué tienen que ir a la ciudad de Arequipa, por qué no pueden crecer aquí, dejando su aporte, sus conocimientos, ganando experiencia con la agricultura y con la ganadería. ¿Saben por qué?, porque nos han engañado con el discurso de la mentira, con las promesas que van a repartir lo que no han sido capaces de conseguir con “el sudor de su frente”. Por eso los frentistas, no creen en Dios, porque Dios nos mandó trabajar para conseguir lo que queramos, porque Dios nos enseñó el camino del trabajo, del fruto digno de la tierra, porque Dios nos enseñó a guardar pan para mayo. ¿Y… qué significa esto? Pues el ahorro. Y cuando uno ahorra invierte, el ganadero se compra una vaquita, un puerquito; el agricultor compra su semilla y trabaja su campo; y la madre de familia le compra un libro a sus hijos para que sean más que ellos mismos. Pero cuando hay quienes nos mienten, que nos meten miedo, que afirman falsedades, nos confunden y dejamos de avanzar. Dejamos de progresar, surge la envidia y el odio cuando todos tenemos derecho a trabajar en la tierra que nos dio el Señor. El valle de Tambo siempre será para la agricultura y la ganadería. El desierto es para la minería. Cada uno en su lugar y todos juntos trabajando por el progreso de todos.